Número de Expediente 257/03

Origen Tipo Extracto
257/03 Senado De La Nación Proyecto De Comunicación MORALES Y ARANCIO DE BELLER : PROYECTO DE COMUNICACION SOLICITANDO INFORMES ACERCA DE LA SITUACION DE LA EMPRESA TANQUE ARGENTINO MEDIANO S.E. ( TAMSE ) .-
Listado de Autores
Morales , Gerardo Rubén
Arancio de Beller , Lylia Mónica

Fechas en Dir. Mesa de Entradas

MESA DE ENTRADAS DADO CUENTA Nº DE D.A.E.
19-03-2003 26-03-2003 19/2003 Tipo: NORMAL

Fecha de Ingreso a Dir. Gral. de Comisiones

DIR. GRAL. de COMISIONES INGRESO DEL DICTAMEN A LA MESA DE ENTRADAS
20-03-2003 10-06-2003

Giros del Expediente a Comisiones

COMISIÓN FECHA DE INGRESO FECHA DE EGRESO
DE DEFENSA NACIONAL
ORDEN DE GIRO:
20-03-2003 10-06-2003

ENVIADO AL ARCHIVO : 16-07-2003

Resoluciones

SENADO
FECHA DE SANCION: 02-07-2003
SANCION: APROBO
COMENTARIO:
NOTA:

Órdenes del Día

NÚMERO DE FECHA ESTADO ANEXO
154/03 18-06-2003 APROBADA Sin Anexo

PRESIDENCIA/OFICIALES VARIOS

ORIGEN TIPO NUMERO FECHA AR
PE RP 322/03 15-09-2003
En proceso de carga
Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones

(S-0257/03)

PROYECTO DE COMUNICACIÓN

El Senado de la Nación

Vería con agrado que el Poder Ejecutivo nacional, a través del
organismo correspondiente, informe sobre los siguientes aspectos de la
situación de la empresa estatal Tanque Argentino Mediano Sociedad del
Estado, que se encontrara en proceso de liquidación:

1. Situación financiera, indicando deuda acumulada con descripción de
años de origen, causa, acreedor, nacionalidad y concepto.
2. Montos afectados durante el ejercicio presupuestario 2002 y
previstos en el 2003.
3. Operatoria actual y estado general de instalaciones y maquinarias.
4. Factibilidad de iniciar operatoria y en ese caso, listado de
productos y servicios que estaría en condiciones de producir.
5. Acciones desarrolladas por el PEN que permitan reabrir la empresa
como taller de mantenimiento de vehículos blindados en general, en uso
en el Ejército Argentino.
6. Situación de fabricación del VCA 155 mm., indicando si existen
posibilidades de producción y colocación en mercados mundiales.


Gerardo R. Morales.- Lylia M. Arancio de Beller.-


FUNDAMENTOS

Señor Presidente,

En el mes de marzo de 1980, fue creada TAMSE (Tanque Argentino Mediano
Sociedad del Estado), responsable de la investigación, desarrollo,
fabricación, montaje y venta de vehículos blindados de la familia TAM.
La planta industrial se instaló en Boulogne (provincia de Buenos
Aires).
Hacia 1983, ya se habían entregado al Ejército 400 unidades de dicho
tanque. Lamentablemente, esta experiencia única, que hubiera permitido
el autoabastecimiento de tanques y sus vehículos asociados, debió
concluirse por razones presupuestarias.

En 1973, el Estado Mayor General del Ejército ordenó el desarrollo de
un nuevo tanque medio que reemplazara a los ya decrépitos M4 Shermans y
Sherman Firefly de la Segunda Guerra Mundial, además de un VCI que
reemplazara a los semiorugas M9.

Los requerimientos para el tanque eran poco comunes para la época, ya
que estaban pensados para un teatro de operaciones muy diferente al
europeo. Por un lado, debía llevar un cañón de 105 o 120 mm, además de
un sistema de control de tiro y visión nocturna de última generación.

Pero por otra parte, debía ser mucho más liviano que los tanques de la
época, no pesando más de 35 toneladas, además de tener una velocidad
máxima de 80 kilómetros y un alcance en carretera de 500 kilómetros,
usando solamente el combustible interno.

La principal ventaja de todo armamento nacional es que, al estar
pensado por y para un escenario y plan estratégico conocido, el
comprador obtiene un producto mucho más adecuado que uno pensado para
otro teatro de operaciones. Es por eso que en el diseño del TAM se
tomaron en cuenta detalles como la geografía argentina, la
infraestructura vial, las condiciones del suelo, etc.

En este sentido, el TAM se perfiló desde siempre como un tanque muy
diferente al resto de los del mundo, ya que satisfacía necesidades
nunca antes presentadas. Las enormes extensiones del país requerían de
un tanque con gran alcance, además de una gran velocidad y un escaso
peso, debido a la infraestructura vial poco desarrollada de la región.

Como los ingenieros argentinos no tenían mucha experiencia en este tipo
de diseños, el mismo año de 1973 el proyecto para el TAM fue ofrecido a
empresas alemanas, francesas y estadounidenses. Fue así como se
evaluaron el Leopard I y el AMX-30, dos de los mejores tanques del
momento. Se pensaba fabricar el vehículo en Argentina, totalmente o al
menos gran parte.

Igualmente, la empresa alemana Thyssen Henschel presentó una versión
del Marder, que podía ser adoptado como tanque y como VCI. Finalmente,
para ahorrar tiempo, y dado que empezar de cero un proyecto tan
innovador en esa parte del mundo era muy difícil, se contrataron los
servicios de Thyssen Henschel, de Alemania Federal.

Recordemos que la influencia alemana en materia de armamento se remonta
a muchas décadas atrás, incluso cuando Argentina intentó adquirir
tanques Panther al gobierno de Hitler. Igualmente, la empresa Henschel
de ese entonces estuvo involucrada en el desarrollo y construcción del
tanque Tiger.

En este caso, lo que se contrató específicamente fue el traspaso de
tecnologías, lo que significa que de alguna manera el gobierno
argentino pagó por conseguir la experiencia acumulada por la empresa en
materia de diseño y construcción de blindados.

De esta manera, el proyecto seguía siendo mayoritariamente, aunque se
notaban influencias extranjeras. Dadas las prisas en el desarrollo, se
decidió también adoptar conjuntos de piezas ya utilizadas previamente
en vehículos probados. El ejemplo más claro es el chasis del TAM, que
es en realidad el del vehículo acorazado Marder.

Finalmente, en enero de 1977 se presentaron los dos prototipos, que
fueron sometidos a duras pruebas para demostrar sus capacidades. Estas
pruebas fueron llevadas a cabo por personal del Ejército Argentino, y
fueron realizados a conciencia.

Los vehículos fueron castigados en todos los ambientes de combate
posibles en el territorio nacional, desde las selvas tropicales del
norte, lindantes con Brasil, los altos desiertos del Noroeste, las
altas montañas del Este y Noroeste, en los Andes, a 6.000 sobre el
nivel del mar, la pampa del Centro y el Este, y los desiertos
antárticos de la Patagonia, al Sur.

Los ensayos fueron cumplidos perfectamente y al año siguiente, la
Fábrica Militar de Río Tercero comenzó la producción del primer lote de
seis vehículos de pre-serie. Los planes incluían producir unos 252 TAM
y 316 vehículos en versión VCI, y comenzaron apenas la fábrica estuvo
terminada.



El gobierno argentino creó una empresa estatal para que se encargara de
todo el proyecto, llamada TAM Sociedad del Estado, con sede en la
ciudad de Buenos Aires. La planta de fabricación tenía material de
tecnología punta para hacer frente a todas las demandas que se
presentaran, además de 15.000 metros cuadrados de instalaciones.

Las partes del TAM son casi todas de origen nacional, a excepción del
motor, la transmisión y el sistema de control de tiro, que por su
sofisticación debieron ser adquiridos en el extranjero. Sin embargo, el
blindaje, las instalaciones eléctricas, el cañón, el armamento, los
sistemas de comunicación y todo lo demás son producidos por empresas
estatales o privadas, que participaron en el proyecto bajo la
coordinación del gobierno. Esta experiencia se utilizó para crear otros
tipos de vehículos acorazados para diversos propósitos.

El TAM (Tanque Argentino Medio), al ser fabricado fuera de todas las
doctrinas de diseño habituales, tanto occidentales como orientales, es
un vehículo fuera de serie, que comparado a otros puede parecer
demasiado débil. No hay duda de que esto puede ser cierto, pero hay que
tener en cuenta también que se trata del primer diseño completamente
nacional, una iniciativa pionera en Latinoamérica.

Una de las características más llamativas del TAM es que tiene su motor
montado en la parte delantera, al igual que el conocido tanque israelí
Merkava. Esto ayuda a aumentar la protección de la tripulación. Sin
embargo, esta "ventaja" no es utilizada por casi ningún tanque del
mundo.

Otra de las características que llama la atención sobre el TAM es su
escaso peso, de unas 30 toneladas (aunque a veces se dice erróneamente
que es de 40). Esto se debe a su débil blindaje, además de que hace uso
de un cañón de 105 mm. No hay otro tanque medio en el mundo que tenga
un peso tan bajo.

A pesar de su diseño nacional, se notan algunas influencias alemanas en
el diseño. Además del chasis idéntico del Marder, que en realidad es un
TAP especializado para ingenieros y no el de un tanque, el mantelete
del cañón es bastante parecido al del tanque alemán Leopard I.

Por otra parte, existe un sistema de conducción subacuática que es casi
idéntico al usado por el Leopard I y II, que consiste en un snorkel de
tres piezas.

Gracias a su escaso peso, el TAM goza de una excelente movilidad,
caracterizada por su escasa presión sobre el suelo, de 0,77 kg/cm2. La
relación potencia/peso es de 17,65 kw/tm. Además de esto, su diseño le
permite cruzar vados de 1,40 metros, utilizando un sistema hidráulico
de vadeo para los cursos de hasta 2,5 metros de profundidad.

Para el cruce de corrientes de agua de hasta 4 metros, se debe hacer
uso del snorkel anteriormente mencionado, que se ajusta en la cúpula
del jefe del tanque, en la torre. Esto se pensó teniendo en cuenta la
orografía argentina, que posee todo tipo de arroyos, ríos y cursos de
agua, algunos de grandes proporciones, inexistentes en otras partes del
mundo.

El motor es fácilmente accesible gracias a una gran compuerta, que
permite que todo el motor pueda ser sacado entero y reemplazado en unos
20 minutos aproximadamente, un tiempo muy bajo, incluso considerando
los standares europeos. Esto hace que, en manos de tripulaciones
entrenadas y mecánicos capaces, los tanques puedan tener un excelente
nivel de disponibilidad operacional, incluso en tiempos de guerra.

Al igual que todos los tanques ideados para actuar en grandes teatros
de operaciones, el TAM tiene un dispositivo en la parte posterior, que
le permite montar dos depósitos auxiliares de combustible, de 200
litros cada uno, aumentando así su autonomía.

Todos los sistemas asociados al motor, como la transmisión, el mismo
motor, los equipos hidráulicos, eléctricos y electrónicos, tienen un
dispositivo de chequeo, que indica a la tripulación cuando algo está
fallando. Los sistemas de frenado están pensados para ser exigidos
mucho, logrando una desaceleración máxima de 5 metros por segundo
gracias a los frenos de disco.

La transmisión HSWL-194 está fabricada por Renk, la misma empresa que
hace las transmisiones para el Leopard II, y le permite al TAM una
conducción fácil incluso en los trayectos más difíciles, sin forzar el
motor.

Finalmente, el tren de rodadura consiste en 6 brazos oscilantes a cada
lado, apoyados sobre barras de torsión de gran diámetro, pensadas para
absorber lo más posible de los cabeceos. Hay cuatro amortiguadores
hidráulicos sobre los que se apoyan las dos ruedas delanteras y las dos
traseras de cada lado.

Hay 6 ruedas dobles de apoyo de aluminio con bandas de goma, y tres
rodillos de retorno, mientras que las ruedas tensoras están en la parte
trasera. Las cadenas, de 45 centímetros de ancho, también son
fabricadas en el país, y sirven para el barro y la nieve.

El blindaje es uno de los puntos aparentemente más débiles del diseño,
que sin embargo es menos débil de lo que parece. Después de todo, hay
que tener en cuenta la filosofía de diseño del TAM y las limitaciones
intrínsecas del proyecto.

Aparentemente los diseñadores buscaban movilidad, y no demasiada
protección. Por eso pensaron tanto en un blindaje no demasiado grueso,
y también en lograr que la silueta del tanque no fuera demasiado alta.
Cuanto menos blindaje lleve un vehículo, más rápido podrá ser; por otra
parte, un motor potente y una suspensión y transmisión muy pesadas
estaban posiblemente fuera del alcance de la logística de la época, y
ni hablar del poder adquisitivo del Estado.

La concepción del TAM hizo necesario un blindaje relativamente delgado;
el chasis no podía soportar el peso de varias decenas de toneladas. Sin
embargo, se pensaron diversos conceptos para paliar en cierta medida
esta deficiencia.

Por una parte, se trató de maximizar la velocidad, agilidad y potencia
de fuego del tanque, además de darle una silueta baja. Se hizo todo lo
posible para usar las planchas de blindaje en ángulos lo más inclinados
posibles, para disminuir la eficacia de los proyectiles perforantes.

Finalmente, teniendo en cuenta los informes que indican que la mitad de
los disparos en combate alcanzan a los tanques en el tercio más alto,
se prestó especial atención al blindaje de la torre, sobre todo a su
parte delantera, que está más protegida que el chasis.

El TAM no hace uso de un blindaje sofisticado, algo que estaba fuera
del alcance del proyecto. El acero utilizado es de fabricación
nacional, producido en la planta Altos Hornos Zapla, complejo
dependiente de la Dirección General de Fabricaciones Militares. Este
acero especial tiene una resistencia superior a los 1.600 N/mm.

El blindaje del TAM no puede hacerle frente a los mejores tanques del
mundo, pero no debe hacerlo, ya que está pensado para otro tipo de
guerra. Solamente puede dar protección contra proyectiles de bajo
calibre, como 20, 30 mm o un poco más. Sin embargo, se considera
potencialmente posible la instalación de blindaje añadido, como puede
ser el de chapas paralelas de blindaje espaciado, o incluso un nuevo
diseño de la torre, que podría utilizar materiales más avanzados.

Las primeras unidades del TAM estaban equipadas con una versión
localmente producida del famoso cañón inglés L7A1, sin duda el mejor
cañón occidental de 105mm, utilizado por casi todos los tanques de la
época. Sin embargo, los siguientes TAM fueron armados con un cañón
Rheinmetall LTA2.

Posteriormente, para los últimos modelos, se adoptó una versión
modificada del cañón francés CN-105-57, producida localmente por la
Fábrica Militar de Río Tercero, en la provincia de Córdoba. Además, el
TAM posee una ametralladora coaxial al cañón y otra más en la torre,
dispuesta para funcionar en función antiaérea. Ambas son de calibre
7,62 mm. Todos los tipos de munición son de producción nacional.

El TAM, a pesar de ser un buen diseño, no pudo ser exportado, dado la
inestable y poco firme política exterior argentina durante muchos años.
Los clientes potenciales fueron todos espantados por presiones
internacionales, que otros países más firmes hubieran evitado.

Así sucedió con Irán e Irak en 1986, que en el marco de su guerra
necesitaban vehículos acorazados nuevos. Brasil vendió fortunas en
vehículos ligeros a Irak, entonces apoyado por EEUU. Pero el pedido de
1.000 TAM para Irán y de 400 para Irak no fue nunca respondido en
ninguno de los dos casos.

EEUU presionó para que no se vendieran a Irán, y Alemania hizo lo suyo
para que no se le vendieran a Irak. De todas maneras, corren rumores de
que el TAM sí fue vendido, de manera "ilegal", a Irán, aunque
posiblemente en pequeñas cantidades.

Igualmente, Kuwait pidió unos 250 TAM en 1993, para recuperarse de la
devastación de la Guerra del Golfo de 1991, que destruyó gran parte de
sus arsenales. Sin embargo, la interdicción estadounidense evitó
nuevamente la compra.

Los clientes regionales, otra de las fuentes potenciales de pedidos,
tampoco tuvieron mejor suerte. En 1987 Perú pidió 40 TAM y 46 versiones
del VCI, pero los dos pedidos fueron cancelados por problemas
económicos.

El TAM VCTP, desarrollado igualmente que el TAM, por la empresa alemana
Thyssen, debía hacer pareja con este tanque, siendo un vehículo de
combate de infantería similar, basado en el mismo casco y tren de
rodadura. La producción, al igual que la del TAM, se hizo localmente.
Se construyeron 106 unidades de VCTP y 13 del VCTM, un transporte de
mortero de 120 mm.

Lógicamente, el vehículo de combate de infantería es similar al Marder
alemán, del cual está derivado. Sin embargo, tiene muchas
modificaciones, como un motor diesel más potente, de 720 hp. El
armamento principal es un cañón de 20 mm y una ametralladora calibre
7,62 para defensa antiaérea, instalados ambos en una torre de dos
plazas.

Éste es lo suficientemente grande como para llevar a 10 soldados
totalmente equipados. Los soldados entran al vehículo por una rampa
situada en la parte trasera. Además, se puede hacer fuego desde dentro
del vehículo gracias a los portillos especiales que hay en los costados
del casco.

A comienzos de la década de 1980, la empresa estatal productora del TAM
empezó el desarrollo de un portamorteros llamado VCTM. A diferencia de
los diseños anteriores, era un proyecto totalmente argentino; para esa
época, un mínimo de 70% de las piezas del TAM y los vehículos derivados
eran producidos en Argentina, a excepción de partes como el motor y la
transmisión. El Ejército pidió 54 unidades de esta versión que puede
llevar un mortero de 120 mm y su tripulación de 5.

En realidad, las versiones derivadas de este aparato han sido muchas,
aunque algunas no prosperaron debido a diversas causas. Por ejemplo, se
probó una versión de mantenimiento y recuperación (VCRT), pero no
prosperó, igual que la equipada con un cañón de 155 mm.

Igualmente se ideó una versión llamada VCLC MRL, que tenía lanzadores
múltiples de cohetes de 160 o 350 mm, que no pasó de un prototipo. Este
vehículo fue desarrollado con asistencia israelí, de amplia experiencia
en ese tipo de armas, y de hecho los proyectiles CAL-160 y CAM-350 eran
versiones locales de los LAR-160 y MAR-350.

En la versión de cohetes de 160 mm, había 18 contenedores, pero en la
versión más pesada, solamente había cuatro. También se ensayó una
versión de ambulancia acorazada, llamada TAM VCA, pero fue abandonada
porque las otras alternativas, como el M-113, eran más baratas.

Igualmente, a finales de la década de 1980, el Ejército se dio cuenta
de que necesitaba reemplazar sus vehículos de artillería AMX-13 Mk F-3,
calibre 155 mm. La empresa estatal TAMSE comenzó a desarrollar una
versión de artillería del TAM. La opción final fue usar una torre
italiana Palmaria, y se compraron 25 de OTO Breda en Italia.

El nuevo TAM VCA 155 usaba un chasis de 40 toneladas, derivado de un
proyecto abandonado, el TAP (Tanque Argentino Pesado). Tenía siete
ruedas de rodadura además de muchas otras modificaciones. Este vehículo
fue evaluado a principios de los 90's. Sin embargo, la producción de
estos aparatos tuvo que ser realizada por ASTARSA, un astillero, desde
1998 hasta el año 2000, ya que para esa época la empresa TAMSE había
sido cerrada por el presidente Carlos Menem.

Esto sucedió apenas asumió, en 1990. Para esa época, el Ejército
Argentino tenía 216 TAM VC, 60 TAM VCTP, 36 VCTM y 9 VCPC. Sin embargo,
cuatro años más tarde, se vio la necesidad urgente de reemplazar a los
Sherman que ya estaban más que obsoletos, a pesar de haber sido
actualizados. El gobierno tuvo que autorizar el terminado de 46 TAM VC
y 40 VCTP que estaban desarmados en locales de TAMSE. Estos vehículos
fueron entregados entre 1994 y 1996.

En el año 2000, el Ejército pidió igualmente dos nuevas versiones. Una
era un TAM VCA Palmaria que fuera un vehículo municionador para los
vehículos de artillería. El otro era una versión del Palmaria que
sirviera como vehículo de comando y control de fuego para la
artillería. Debido a que muchos chasis del TAM VCTP estaban todavía
almacenados en la antigua TAMSE, se comenzó el desarrollo de ambos
vehículos. Sin embargo, al parecer solamente se construyeron 2 de la
primera versión y 6 de la segunda.

Al año siguiente el Ejército inició un estudio para modificar el
prototipo del VCRT, un vehículo de recuperación y mantenimiento. Este
programa pretendía convertir al diseño en un vehículo para realizar
misiles de asalto de ingenieros. Pero la situación política y los
constantes problemas económicos obligaron a cancelar el proyecto.

Aún así, hay que hacer notar que todas estas variantes nacieron no
solamente de muchas ideas nuevas o viejas, sino de la idea de
aprovechar al máximo los pocos recursos disponibles, utilizando un
chasis ya probado, además de versátil. Muchas otras ideas quedaron en
el tintero, porque nunca pudieron ser tomadas en cuenta.

Algunas de estas son el TAM VCLP (Vehículo de Combate Lanza Puentes),
VCDA (VC de Defensa Aérea) que tenía una nueva torreta y dos cañones
gemelos de 30 o 35 mm, y el VCLM (VC Lanza Misiles) también de defensa
antiaérea, que utilizaba misiles Roland 2 o Halcón, como se denomina a
la versión producida localmente del Roland 2.

La historia de TAMSE parece representar un
particular paradigma argentino: por un lado, un equipo de técnicos
argentinos creando tecnología de punta capaz de competir a nivel
mundial pero por el otro, la fatídica intervención de personajes nuca
debidamente esclarecidos que intentan medrar con el esfuerzo de una
sociedad. Y lamentablemente, TAMSE terminó mucha veces instalándose en
la opinión público por estos últimos.

La devaluación le otorga ahora a esa fábrica
ventajas comparativas ideales, que podrían convertirla (por ejemplo) en
un taller de mantenimiento de los centenares de TAM con que cuenta el
Ejército Argentino, y generar así muchas fuentes de empleo.

Por todo lo expuesto y por mucho mas, es que solicito la aprobación de
la presente iniciativa.

Gerardo R. Morales.- Lylia M. Arancio de Beller.-