LO QUE DEJO LA CUMBRE DEL CLIMA (COP 10)

La Xª Cumbre Mundial del Cambio Climático tuvo un comienzo optimista ante la próxima entrada en vigor del Protocolo de Kioto, luego de la firma de la Federación Rusa. Contó con la presencia de 178 países que enviaron 6.200 delegados, quienes tuvieron como misión definir los lineamientos para la emisión de gases contaminantes en la atmósfera.
Entre los acuerdos más importantes que se lograron en la COP 10 Buenos Aires, se puede destacar que se aceptó la propuesta de Argentina de realizar un seminario en Bonn, Alemania, durante el próximo año, para promover un intercambio informal entre expertos de los gobiernos y científicos para proponer líneas de trabajo para "cambiar nosotros para que el clima no cambie", tal el lema que se utilizó en Argentina.
El problema del cambio climático es grave y no existe una conciencia pública sobre su magnitud. Se subestimaron los problemas ambientales que producen las grandes industrias, el crecimiento se midió basado en un simple interés pragmático de actividades que aportaban una rentabilidad inmediata, en detrimento del control ambiental. El desarrollo tecnológico en sí mismo fue insuficiente, porque no contempló el problema de la contaminación, ni tampoco tuvo en cuenta el daño a la salud de las personas y el cambio del clima.
El clima está cambiando, es el dilema de nuestro tiempo, que no sólo expone nuestra vida actual, sino que compromete el futuro de las generaciones venideras. Lo concreto es que, más allá de estas 10 reuniones, se ha progresado poco con respecto a los graves problemas ambientales que afronta nuestro planeta. De acuerdo a las opiniones de los expertos, en Argentina, en los próximos años, va a hacer más calor y va a cambiar la intensidad de los vientos. Vamos a tener una combinación de grandes lluvias e inundaciones en las zonas costeras, con sequías en el interior del país. Un ligero aumento del nivel del mar puede provocar una intrusión marina en territorio continental, teniendo un amplio mar interior. Tormentas marinas más intensas pueden aumentar la erosión costera, lo que significará perder las playas de la provincia de Buenos Aires.
Los países pobres necesitamos que los que inciden en el cambio climático se hagan cargo del pasivo ambiental que producen.