Número de Expediente 1068/04

Origen Tipo Extracto
1068/04 Senado De La Nación Proyecto De Declaración REUTEMANN Y LATORRE : PROYECTO DE DECLARACION RINDIENDO HOMENAJE A LA ESCUELA 1030 SAN FRANCISCO DE ASIS , DE ROSARIO , SANTA FE , EN EL CENTENARIO DE SU INAUGURACION .
Listado de Autores
Reutemann , Carlos Alberto
Latorre , Roxana Itatí

Fechas en Dir. Mesa de Entradas

MESA DE ENTRADAS DADO CUENTA Nº DE D.A.E.
27-04-2004 28-04-2004 66/2004 Tipo: NORMAL

Fecha de Ingreso a Dir. Gral. de Comisiones

DIR. GRAL. de COMISIONES INGRESO DEL DICTAMEN A LA MESA DE ENTRADAS
28-04-2004 03-09-2004

Giros del Expediente a Comisiones

COMISIÓN FECHA DE INGRESO FECHA DE EGRESO
ANTERIOR - EDUCACIÓN, CULTURA, CIENCIA Y TECNOLOGIA
ORDEN DE GIRO: 1
28-04-2004 03-09-2004

ENVIADO AL ARCHIVO : 25-10-2004

Resoluciones

SENADO
FECHA DE SANCION: 15-09-2004
SANCION: APROBO
COMENTARIO:
NOTA:

Órdenes del Día

NÚMERO DE FECHA ESTADO ANEXO
1017/04 06-09-2004 APROBADA Sin Anexo
En proceso de carga
Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones

(S-1068/04)

PROYECTO DE DECLARACIÓN

El Senado de la Nación

DECLARA:

Su homenaje y reconocimiento al haberse celebrado el 100º aniversario
de la inauguración de la Escuela particular Nro. 1.030 San Francisco de
Asís, de Rosario, provincia de Santa Fe, fundada por Sor María
Francisca de Jesús el día 25 de marzo de 1904.

Carlos A. Reutemann.- Roxana Latorre.-

FUNDAMENTOS

Señor Presidente:

La Escuela particular Nº 1.030 San Francisco de Asís festejó su
centenario. El 25 de marzo pasado el tradicional colegio de Rosario,
provincia de Santa Fe, cumplió 100 años ininterrumpidos de labor
educacional.

Las tierras donde se edificó el colegio fueron cedidas por el fundador
del entonces "Pueblo Alberdi" - hoy uno de los barrios residenciales
más pintorescos de la ciudad - , D. José Nicolás Puccio.
La fundadora de la Comunidad de Hermanas Capuchinas, Ana María Rubatto,
fue quien colocó la piedra fundamental del colegio en marzo de 1904.

María Francisca de Jesús (en el siglo, Ana María Rubatto) quien alcanzó
un grado notable de cultura, que armonizó constantemente con la vida
práctica había cultivado, desde pequeña, una profunda espiritualidad.
En la capital del Piamonte, entró al servicio de la noble Mariana
Scoffone, de la que fue dama de compañía y colaboradora en la
administración de su ingente patrimonio desde 1864 hasta 1882.
Durante esos años Ana María se dedicó a las obras de caridad, a la
enseñanza del catecismo a los niños, y a la visita a los enfermos del
Cottolengo y a los abandonados. En 1883 se trasladó a Loano. Un día, al
salir de la iglesia, oyó lamentos y llanto: una piedra había caído de
la construcción y había herido en la cabeza a un peón. Ana María
socorrió al joven, lavó y curó la herida y, después de darle el
equivalente a dos días de trabajo, lo envió a casa para que se
recuperara. La construcción debía albergar a una comunidad femenina,
para la cual se estaba buscando una directora: el padre capuchino
Angélico de Sestri Ponente, quien apoyaba esta iniciativa, pensó que
Ana María Rubatto podía ocupar el cargo de directora.
Rubatto vistió el hábito religioso, junto con otras cinco jóvenes, el
23 de enero de 1885. Cambió su nombre por el de sor María Francisca de
Jesús y se convirtió, por mandato del obispo diocesano, en superiora,
pero sobre todo en madre y formadora.

Fue éste el inicio del Instituto de las Hermanas Capuchinas de la Madre
Rubatto (luego, Terciarias o Hermanas Capuchinas de Loano).
En 1897, ardiente de fervor misionero, la Madre Francisca viajó a
América del Sur y fundó en Montevideo y más tarde en Buenos Aires y en
Rosario los oratorios festivos para enseñar a amar y servir a Dios;
abrió escuelas para la educación y promoción de niños y adolescentes y
sirvió, con indecible ternura y cuidado materno, a los enfermos en los
hospitales y en sus casas.

Fundó, también, establecimientos en Alto Alegre (República Federativa
del Brasil) en 1899, pero dieciocho meses más tarde las religiosas
fueron asesinadas con los misioneros capuchinos y muchos fieles. Siete
veces atravesó la fundadora el océano para estar al lado de las
hermanas en los dos continentes. Abrió dieciocho casas en los veinte
años de su gobierno. Durante los ocho años que duró en total su
estancia en América, fueron incontables los viajes de Uruguay a
Argentina y de una casa a otra.

Según recuerdan las crónicas, la Escuela San Francisco de Asís fue
regida, por poco tiempo, por la superiora general, sor María Francisca
de Jesús, "..de grata recordatoria, pues a la obra incipiente dedicó
sus mayores esfuerzos, sostenidos por la actuación de las hermanas a
sus órdenes en el Hospital Alberdi..." ya que en Montevideo la
sorprendió la muerte el 6 de agosto de 1904, siendo beatificada por
Juan Pablo II el 10 de octubre de 1993.

En los inicios, concurrían a este colegio unos ochenta alumnos.
Actualmente, la escuela San Francisco de Asís recibe alumnos desde la
salas de 4 y 5 años, hasta el polimodal, que cuenta con las
orientaciones ciencias naturales y sociales.

En 1951, el gobierno nacional autorizó incorporar a la escuela el ciclo
básico para los estudios secundarios. Una medida que vino a satisfacer
la aspiración de un amplio sector de vecinos de Alberdi, cuyas hijas
pudieron continuar sus estudios en el ciclo normal. Más tarde, la
escuela dejó ser sólo para mujeres y se convirtió de enseñanza mixta.

Actualmente asisten, a este establecimiento, unos novecientos alumnos,
distribuidos en los distintos niveles educativos.

La Escuela San Francisco de Asís testifica la historia de los
habitantes del barrio de Alberdi. A lo largo de cien años su distintivo
ha venido siendo el fomento de la educación y de la solidaridad entre
sus habitantes, extendiéndose hacia otros barrios y poblaciones. Sirva,
por tanto, nuestro reconocimiento.

Señor Presidente: por las consideraciones vertidas, de mis pares
solicito la aprobación del presente proyecto de Declaración.

Carlos A. Reutemann.- Roxana Latorre.-